domingo, 31 de julio de 2011

LA INTERCULTURALIDAD COMO COMPONENTE DEL PROCESO EDUCATIVO EN LA UNIVERSIDAD BOLIVIANA

INTRODUCCIÓN

Desde la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado en Bolivia el 7 de febrero de 2009, a raíz de una necesidad social que precisamente involucro el proceso de modificación de la superestructura jurídica – política, pero que además desarrollaba y demostraba la necesidad inminente de conformar una conciencia nacional que permita el entendimiento de múltiples visiones y realidades.

Es en esta línea de pensamiento que se entiende esta reflexión, “la nación puede ser después cristiana o comunista o lo que se quiera pero lo previo, para darle un carácter u otro, es que la nación exista como existen históricamente las naciones modernas, como Estado Nacional” (Zavaleta Mercado, 1990, pág. 86), el entender que somos plurinacionales es un primer paso para precisamente construir posteriormente esa conciencia, buscando unidad en la diversidad social.

En esa misma línea de pensamiento se agrega que Bolivia busca ser “un Estado basado en el respeto e igualdad entre todos, con principios de soberanía, dignidad, complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la distribución y redistribución del producto social, donde predomine la búsqueda del vivir bien; con respeto a la pluralidad económica, social jurídica, política y cultural de los habitantes de esta tierra” (Constitución Política del Estado, 2009).

Todo esto permite evidenciar precisamente lo expuesto anteriormente e introducir estos elementos en el presente ensayo analítico, para poder desarrollar un estudio sobre la importancia del desarrollo del proceso de formación profesional ligado a la identidad social y cultural y/o intercultural de los estudiantes de la Carrera de Ciencia Política y Gestión Pública de la Universidad Mayor de San Andrés.

DESARROLLO

El tratar de analizar el proceso de formación profesional de los universitarios en lo referido al desarrollo de su identidad social o responder a su condición intercultural o cultural es una labor académica realmente compleja, por la misma complejidad de nuestro Estado Plurinacional, por eso las disculpas anticipadas por tener la osadía intelectual de tratar de responder a estas complejidades.

Empecemos por tratar de entender el tipo de educación que necesitamos o en este caso el que nos plantea la ley; “la educación se sustenta en la sociedad, a través de la participación plena de las bolivianas y los bolivianos en el Sistema Educativo Plurinacional, respetando sus diversas expresiones sociales y culturales, en sus diferentes formas de organización. La educación se fundamenta en las siguientes bases: 1. Es descolonizadora, liberadora, revolucionaria, anti-imperialista, despatriarcalizadora y transformadora de las estructuras económicas y sociales; orientada a la reafirmación cultural de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, las comunidades interculturales y afrobolivianas en la construcción del Estado Plurinacional y el vivir bien” (Ley de la Educación "Avelino Siñani - Elizardo Pérez", 2010).

Debemos poner énfasis entonces en el hecho que se nos plantea la ley del respeto de la educación a las diversas expresiones sociales y culturales que en el caso boliviano tiende a ser bastante compleja por el mismo elemento abigarrado socialmente en el cuál se fundamenta nuestra sociedad, esto para utilizar terminología zavaletiana, de la cual me declaro un firme seguidor.

Pero volvamos a nuestro análisis, es o no posible la interculturalidad en nuestra realidad, “no es posible la interculturalidad en realidades donde la dominación adquiere ribetes demasiado fuerte. Es insuficiente la tolerancia. Lo que se necesita es el diálogo intercultural” (Fernández Osco & Gutiérrez Callisaya, 2009, pág. 19), este es un elemento que mas allá de ser analizado, nos permite expresar que el profundo cambio de nuestra superestructura jurídica – política en Bolivia es un gran avance para poder desarrollar este proceso.

La realidad dinámica a la cual sea ingresado producto precisamente de las migraciones sobre todo en lo que se refiere a las personas del campo a la ciudad conlleva que estas mismas lleven su cultura e identidad, tal cual lo expone Botey Balles, solo que para nuestro caso no en una realidad de otro país, sino mas bien en el propio.

En este caso quedan profundamente los pensamientos del “quip ñayr uñtasis sarnaqpxañani (mirando el pasado se debe avanzar hacia el futuro)” (Fernández Osco & Gutiérrez Callisaya, 2009, pág. 23), el conocernos primero para después tratar de explicar lo que somos y claro lógicamente los que queremos ser, todos esto elementos son más que necesarios para lograr el reafirmar la cultura de la plurinacionalidad que convive en nuestra Bolivia.

El mismo hecho de entender “la complementariedad (que) es uno de los principios que define la diversidad. No puede pensarse en la interculturalidad sin la diversidad circundante” (Fernández Osco & Gutiérrez Callisaya, 2009, pág. 24), esta por demás entendido este pensamiento solo se puede realizar la interculturalidad respetando la diversidad social y cultural de los individuos que conforman precisamente esta sociedad.

Surge entonces una cuestionante inmediata que debemos develar o por lo menos explicar en qué sentido se entiende la “interculturalidad”, para aclarar este elemento podemos recurrir al siguiente concepto; “como concepto y práctica, proceso y proyecto, la interculturalidad significa – en su forma más general – el contacto e intercambio entre culturas en términos equitativos; en condiciones de igualdad. Tal contacto e intercambio no deben ser pensados simplemente en términos étnicos sino a partir de la relación, comunicación y aprendizaje permanentes entre personas, grupos, conocimientos, valores, tradiciones, lógicas y racionalidades distintas, orientados a generar, construir y propiciar un respeto mutuo, y un desarrollo pleno de las capacidades de los individuos y colectivos, por encima de sus diferencias culturales y sociales.” (Walsh, 2009, pág. 41).

Entendida de esta manera la interculturalidad se debe referir entonces al hecho de desarrollar un contacto e intercambio de culturas en términos equitativos y claro está en condiciones de igualdad, superando las diferencias sociales y culturales, para por el contrario enriquecer el conocimiento desde todas estas culturas.

El desarrollo social que conlleva precisamente este principio es el que nos debe llevar a entender desde la interculturalidad nuestro propio proceso de aceptación en lo referido a la normativa existente, son las relaciones de poder mismas las que han desarrollado este discurso y deben llevarlo hoy a la práctica social.

En cuanto a la Educación Superior, la Constitución estipula en su artículo 91. Numeral I. “La educación superior desarrolla procesos de formación profesional, de generación y divulgación de conocimientos orientados al desarrollo integral de la sociedad, para lo cual tomará en cuenta los conocimientos universales y los saberes colectivos de las naciones y pueblos indígena originario campesinos.”, se puede apreciar que se debe desarrollar procesos de generación y divulgación de conocimientos.

Pero estos conocimientos deben estar orientados a la búsqueda del desarrollo integral de la sociedad, en este caso a la búsqueda de la igualdad, sirviendo de base para lograr una nueva cultura de igualdad y de respeto, buscando la equidad y la justicia social.

El mismo artículo en su numeral II. Dictamina que “la educación superior es intracultural, intercultural y plurilingüe, y tiene por misión la formación integral de recursos humanos con alta calificación y competencia profesional; desarrollar procesos de investigación científica para resolver problemas de la base productiva y de su entorno social; promover políticas de extensión e interacción social para fortalecer la diversidad científica, cultural y lingüística; participar junto a su pueblo en todos los procesos de liberación social, para construir una sociedad con mayor equidad y justicia social.”
  
Desde estas interpretaciones y en un ejercicio intelectual podemos tratar de revisar el proceso del componente central de los modelos pedagógicos que en este caso se refiere al paradigma educativo.

Los paradigmas educativos se construyen sobre supuestos teóricos, que constituyen las bases filosóficas y psicológicas de una determinada propuesta pedagógica.

Desde nuestra concepción educativa, el paradigma adoptado es el constructivismo. Este paradigma concibe el conocimiento, como una construcción personal que se realiza en interacción con el mundo circundante. Se aprende construyendo esquemas mentales, ello requiere la actividad consciente del sujeto, puesto que el aprendizaje es fruto de la reflexión.

La construcción del conocimiento se produce a través de una serie ordenada de estructuras mentales que regulan los intercambios del sujeto con su entorno, desde esta perspectiva es importante determinar los conocimientos previos de los estudiantes, de modo de lograr aprendizajes significativos.

Dado el componente convivencial, se ha complementado la concepción constructivista con procesos aportados por el conductismo en sus aspectos más importantes, para la formación de destrezas y habilidades.

Desde esta perspectiva el proceso de construcción de conocimientos para la formación profesional, en sus componentes: conceptual, procedimental y actitudinal,  debe ser capaz de vincular la actividad desarrollada en las aulas y la capacidad de desempeño profesional en la sociedad, integrarla y también posibilitar al futuro profesional desenvolverse en la solución de conflictos que ameritan la toma de decisiones, de las que resultaran determinaciones en el más de los casos irreversibles.

También se debe desarrollar la capacidad de los profesionales de desplegar el marco conceptual de la temática de interculturalidad y de adecuarlo al medio real, mediante técnicas experimentales y teóricas hacer que el paradigma se plasme en la práctica profesional en los diferentes contextos socio-culturales del país.

CONCLUSIONES

Es por demás importante, más allá de una creencia personal, el hecho de que los estudiantes deben ligar su identidad social y cultural en su proceso de formación profesional, tomando en cuenta además que el proceso de enseñanza y aprendizaje tiene como finalidad no solamente el de entregar los conocimientos para la competencia profesional sino entender este proceso como un sistema integrado de conocimientos, procedimientos y actitudes, de tal manera que:

a)    Se internalicen conocimientos sobre interculturalidad que permitan describir, explicar, modelar, predecir aspectos de la profesión en el más alto nivel, como componente académico-científico referidos a esta temática específica. (Saber: Conocimientos).

b)   Se determinen los procedimientos, que permitan actuar de manera consciente y con fundamento científico en las actividades profesionales respetando los principios contra toda forma de racismo y discriminación, a partir de las diferencias sociales y culturales de las personas. Los procedimientos constituyen el componente tecnológico de la profesión. (Saber Hacer: Habilidades y Destrezas).

c)    Las actitudes, son las disposiciones afectivas, emocionales y valoracionales que el profesional evidencia en su actuación laboral, es la dimensión social y humana del profesional desarrollando en su accionar el respeto a la interculturalidad, transformandose de esta manera en referente en la sociedad con relación a esta temática.  (Saber Ser: Actitudes y valores).

En la actualidad y a partir del proceso de cambio que se desarrolla en la visión educativa superior en las universidades (prueba de ello es precisamente la especialidad, que actualmente desarrollamos) es que se permite el responder a esta realidad de interculturalidad tan propio de una sociedad tan abigarrada como la nuestra.

Esto nos plantea un desafío mayor a aquellas personas que estamos encargadas del proceso de formación profesional el saber convivir en esta sociedad plurinacional que necesita responder a esta realidad.

BIBLIOGRAFIA

Constitución Política del Estado. (2009). Bolivia.
Fernández Osco, M., & Gutiérrez Callisaya, Y. (2009). Pluriversidad: rostros de la interculturalidad. Bolivia: UPS Editorial.
Ley de la Educación "Avelino Siñani - Elizardo Pérez". (2010). Bolivia.
Walsh, C. (2009). Interculturalidad, Estado, Sociedad. Quito: Ediciones Abya-Yala.
Zavaleta Mercado, R. (1990). La formación de la Conciencia Nacional. Cochabamba: Los amigos del libro.